-Raza: 

Eredar. 

-Apodo: 
"Eh tú, la de los cuernos". 

-Deidad: 
Naissa cree en la naturaleza. No se siente mejor que los árboles, ni menos que las estrellas. Por supuesto, está educada racialmente a respetar las directrices de la Luz Sagrada y de los Naaru.

-Ciudad natal: 
Farahlon, en Draenor, ahora Terrallende. 


-Edad actual: 
En términos humanos, podría aparentar unos 25/30 años, su edad eredar son 418 años. 

-Parientes: 
Padres. Un hermano. Un tío. (Si están vivos o muertos está por saberse)

-Clase y especialización: 
Es cazadora. 

-Profesión: 
Exploradora y cazadora. 

-Descripción detallada del físico: 
Naissa es solo una draenei más. Ni especialmente bonita, ni singularmente destacable. Alta, bien formada y de exuberantes curvas como todas las hembras eredar, ella procura ocultarlo, o al menos no potenciarlo, bajo ropa siempre de cuero o tela, priorizando la comodidad y que le permita gozar de flexibilidad y libertad para su profesión. Prefiere los colores neutrales para no llamar la atención, y aunque le gusta más ir limpia, no le preocupa llevar polvo o suciedad encima tras una de sus cacerías. Desconoce el concepto de presumida o coquetería. Jamás ha llevado un vestido ni faldas, ni joyas a la vista. Su espeso pelo caoba, de media melena, suele llevarlo suelto u oculto bajo algún sombrero o pañuelo. Toda ella, en conjunto, es un intento claro y controlado de pasar desapercibida en cualquier lugar, y sólo quien le dedique un estudio más minucioso puede llegar a fijarse en la elegancia que le otorgan los pómulos altos, los ojos ligeramente rasgados que suavizan los rasgos de su rostro, el cuello esbelto, el suave tono azulado, con un subtono vibrante y blanquecino de su piel tan apreciado entre su raza, o la gracilidad de un cuerpo bien entrenado y que domina perfectamente en cada uno de sus gestos.
Cree que es mucho más inexpresiva de lo que realmente es, y a menudo cruza por su rostro cualquier emoción que la invada antes de que vuelva a mostrar una impasibilidad cuidadosamente impuesta.
Así como con su aspecto su mayor afán es pasar por un elemento del entorno que no merece más de una mirada de interés, también lo extiende a su vocabulario. Habla poco, y cuando lo hace, usa las mínimas palabras posibles sin ambajes, de forma directa y clara, con pocos rodeos. Tiene un marcadísimo acento, con una fuerte pronunciación de las erres y un seseo involuntario. Tics ninguno, pero tiende a mover sus manos cuando algo le resulta incómodo o se siente expuesta y vulnerable, acariciándose los cuernos o enredando sus largos dedos en los zarcillos del cuello. 
Como armas, lleva siempre un carcaj de buena calidad junto a la inseparable ballesta, y dos espadas cortas colgadas de su cinto.

-Historia: 
Hace 3 años que cruzó el portal oscuro como tantos otros draenei. Su tío, un Vindicador de la Mano de Argus llamado Ashaaru, fue quien consiguió arreglarlo todo para que Naissa abandonara Draenor y fuera hasta Azeroth. Atrás quedaron sus padres, dos sacerdotes, y su hermanastro pequeño Ierom.

-Comportamiento: 
No le gustan los ruidos fuertes, ni las multitudes, y es evidente su envaramiento e incomodidad en lugares especialmente llenos o cerrados. Tampoco es amiga del contacto físico, suele guardar una prudencial distancia de cualquiera, y encaja muy mal los halagos o los favores, simplemente no sabe reaccionar ante ellos. Le gustan las cosas simples, y las personas francas que saben estar en su sitio y no pretenden instigar o atosigar a los demás. No le gusta hablar de ella ni responder preguntas que considera intrusivas, cayendo en prolongados silencios que tienden a irritar a los demás o a tomarla directamente por idiota.

-Lenguas que conoce:

Habla draenei, orco, y el idioma común, que es con el que menos cómoda se siente. De Thalassiano, lo justo y necesario, ni una palabra más. Para todo lo demás, on rol. 

-Extras: 
A nadie le pasa desapercibido Oskar, su mascota, un Devastador Jabacolmillo de la Península del Fuego Infernal. Lo que pudiera parecer una paradoja ante su denodado esfuerzo en no atraer una mirada, pero que con Oskar, de forma hábil, consigue exactamente eso, que nadie, una vez ha reparado en el inquietante bicho escamoso y con púas de aspecto amenazador, se moleste en dirigir sus ojos ni un instante a su domadora. Al lado de Oskar, más que nunca, Naissa se vuelve invisible.
También es habitual verla con su montura elekk, una hembra gris joven y muy curiosa que barrunta con demasiada frecuencia y que Naissa llama "Sha", luz. 
Tiene un par de cicatrices en lugares no visibles cuando está vestida, y dada su profesión, a menudo aparece con pequeños cortes y arañazos tras realizar alguna cacería.