
¿Qué es el Rol?
Jugar a Rol es jugar a interpretar un papel, a actuar, como si se tratase de una obra de teatro en la que se es tanto el director, como el guionista y el actor protagonista.

Para empezar a interpretar el papel lo primero en lo que se debe pensar es en quién se quiere ser. ¿Un cruzado paladín que vaga por el mundo en busca de Justicia? ¿Un malvado hechicero que desea saciar su sed de sangre? ¿O un enano guerrero que ansía demostrar a todos su fuerza? La elección está en el interior de cada uno...
Para “convertirse” en el personaje que se desea ser tan sólo se tiene que empezar por creérselo uno mismo. Es algo esencial, ya que para que la interpretación tenga credibilidad, tiene que ser el propio jugador el primero que confíe en ella.
Es de mucha importancia que, como si se fuese un dios creando a una persona a su gusto, se le otorgue al personaje en cuestión una historia, un pasado, unos recuerdos, unos miedos, manías o costumbres, un carácter determinado, unas reacciones y/o expresiones típicas, unos principios, objetivos en su vida... En definitiva, dotarlo de emociones para darle una personalidad. Cuanta más complejidad tenga el personaje en este aspecto, mayor será el realismo y credibilidad de su rol y, por lo tanto, también la diversión será mayor.
Para ello, es de mucha ayuda confeccionar una ficha de personaje, en la que se resumen todas estas características, como la plantilla expuesta a continuación a modo de ejemplo:
Nombre:
-Raza:
-Clase y especialización:
-Edad:
-Descripción:
-Objetos:
-Conocidos:
-Lenguas que conoce:
-Profesiones:
Y por supuesto, es vital redactar un relato con la historia más reciente o de mayor relevancia para el propio personaje, en la que se recogerán los sucesos y acontecimientos que han forjado la personalidad y el carácter del mismo, los hechos que le han llevado a convertirse en el personaje que es en la actualidad.

Una vez creado el personaje, es necesario situarlo en el contexto del juego en el que se vaya a desarrollar la partida. Época histórica, situación geopolítica, la raza y clase a la que pertenezca, su posición social, su cultura y entorno... Y además añadirle unas habilidades adecuadas a su profesión o clase (cuidando siempre que sean equilibradas). De esta forma se habrá terminado el diseño y la creación del personaje.

Ahora solo quedaría lo más importante: utilizar la imaginación para embarcar al personaje en mil y una aventuras, por supuesto siempre respetando las normas del juego. La clave está en reaccionar ante las distintas situaciones que se presenten durante la partida no como lo haría el propio jugador, sino como lo haría el mismo personaje.

Por: Alarik Vientolunar