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¡Robo a las 3:30!

Bedwyr, Thierry, Reenn y Yusaso se encontraban charlando tranquilamente en la Sede. Al ratito, el brujo recordó que tenía que sacar unas cosas de la Cámara de Hermandad en el propio banco de Ventormenta. El resto de hermanos se ofrecieron a acompañar al brujo a tal lugar.

Cuando llegaron al banco y accedieron a su cámara, se encontraron con una gran sorpresa:

¡La cámara estaba vacía, no quedaba nada, los objetos y el dinero habían desaparecido!

Los cuatro se miraron, desconcertados. Yusaso fue el que mantuvo la mente fría, y decidió preguntar al banquero.

El banquero estaba sumamente agobiado y desesperado. Parecía ser que era la primera vez que sufrían esto. Pero el Cónclave de Piedra no fue la única víctima, muchas otras hermandades habían sido también víctimas de este robo. Algo o alguien había volado las puertas de las cámaras, ¿explosivos, magia, u otro artefacto? El pobre banquero no podía más y se fue.

Tras esto, los hermanos se reunieron afuera. Thierry sugirió la idea de preguntar al gnomo al cual él compraba sus materiales para sus artilugios de ingeniería en el Distrito de los Enanos.

Se pusieron de acuerdo, y fueron hacia allá. Efectivamente, allí estaba el gnomo llamado Billibup.

Los hermanos preguntaron si acaso ese gnomo había vendido dinamita o cualquier otro explosivo en la cantidad suficiente para volar cajas fuertes. El gnomo parecía no dar mucha importancia a los clientes a los cuales les vendía sus mercancías, por tanto, dio vaga información sobre quiénes pudieron haber comprado tales cantidades. 

Lo peor llegó cuando Reenn intentó robarle una lista con todas las ventas que el gnomo había hecho, que este había sacado para comprobarlas. Para desgracia del ladrón, le descubrió y no pudo hacerse con la lista. El gnomo, harto de la situación, llamó a los guardias para que les detuvieran. Los hermanos salieron a toda pastilla del callejón.

Cabreados, llegaron a la Sede, aunque Reenn tardó un poco más. Sus Hermanos le dieron su merecido por sus actos.

Yusaso y Thierry le echaron la bronca por lo que había hecho. Reenn, cabreado, se fue. Los otros tres optaron por dejar el asunto ya para el día siguiente.

 

A la mañana siguiente, Thierry, Reenn y Bedwyr se reunieron en la Sede para volver con el caso del robo de los objetos del banco.

Los tres se dirigieron hacia el banco. Allí, entrevistaron a una de las guardias de ese mismo lugar.

Ella les confesó que no estuvo presente en el momento del robo. Sin embargo, podrían preguntarle al guardia que estuvo la noche anterior. A los segundos, señaló a un hombre que parecía corresponder con la descripción que ella había dado. Este, al ver a los tres Hermanos, decidió salir por patas, y ellos decidieron intentar cogerlo.

Entre los tres le atraparon. Y, por la fuerza, decidieron llevarse al guarda a la Sede, donde se encontraron a Yusaso. Una vez allí empezó el interrogatorio.

El guardia aseguró que él no era culpable ni nada por el estilo. Es cierto que él iba a ser el relevo de la guardia ayer, pero no fue debido a que estaba enfermo y avisó con antelación. Su sustituo iba a ser un tal Mike "Trombo". Comentó que al ver a los h Hermanos se fue corriendo ya que, según él, mucha gente de otras hermandades no paraban de avasallarle con preguntas acerca del robo. Y, por último, aclaró que fue al banco para presentar una prueba que encontraron cerca de un almacén llamado "Bibelot Antiguo", en el Barrio de los Magos: un trozo de tela con un dibujo similar al de cualquier hermandad. Iba a hacerlo hasta que lo cogieron.

Tras comprobar que era inocente, lo dejaron marchar, no sin que antes el guardia avisara de que oirían hablar de él por haber atacado y secuestrado a un guardia.

Los cuatro Hermanos se miraron, desconcertados... Habían cogido a un inocente, y lo habían tratado como a un maleante cualquiera... La habían boñigado y muy bien.

No le dieron más vueltas a este asunto, decidieron ir al "Bibelot Antiguo" y ver si podían hacer algo, y así hicieron. Reenn afirmó conocer a ese tal Mike "Trombo", era un ladrón como él, con la diferencia de que lo dejaron salir por buena conducta, pero parecía ser que no había aprendido nada en la cárcel.

Llegaron a ese almacén y la puerta estaba cerrada. Reenn intentó forzar la puerta, pero al hacerlo... salió un líquido verde. Efectivamente, era una trampa. Yus decidió no correr más riesgos y quemó la puerta. 

Los hermanos entraron. La tienda estaba revuelta, como si hubiera estado abandonada desde hacía un tiempo. Allí se encontraron con un hombre calvo hablando con una mujer que estaba detrás del mostrador. La mujer parecía muy asustada, no habló ni dijo nada, pero se la notaba muy tensa.

Aquel hombre amenazó a los Hermanos con que se fueran, ya que esa tienda era su propiedad. Yus, como última petición, pidió al hombre sacar el documento de propiedad. El hombre, a regañadientes, aceptó. Se dio la vuelta, volvió a darse la vuelta, y le tiró a Yusaso ácido en los ojos.

Yusaso, en cierto modo, tuvo suerte, solo le cayó ácido en un ojo. El brujo estaba retorciéndose de dolor. De pronto, aparecieron varias personas. Parecían ser los vasallos de aquel hombre. Todos se prepararon para una lucha sin cuartel.

Por suerte, los Hermanos salieron victoriosos. Solo quedaba el calvo del principio, que era un mago. El mago estaba en el suelo, aterrorizado, viendo cómo sus secuaces habían caído. Yus, cabreado, dijo lo siguiente:
 

Y resaltó otra vez:

Yus le cortó la cabeza y le arrancó los ojos como venganza por el ácido.

Un rato después, los Hermanos se reunieron con la mujer:

Confesó que esos hombres la obligaron a dejar su almacén "prestado". Ellos fueron los causantes del robo. Parecía ser que desencantaban los objetos y luego vendían sus componentes en el mercado negro. Fueron a la trastienda, y efectivamente, estaba todo allí: los objetos, el dinero y muchas cosas de encantamiento.

Por: Kyanus de Kaarinos

¡Todo estaba recuperado, o, por lo menos, gran parte!

Se encontraron con el guardia de antes, le pidieron disculpas y le enseñaron el botín. Habían remediado su error, pero el guardia les cobró cincuenta monedas de oro por los daños ocasionados contra él...

Pero bueno, todo había salido bien, y lo mejor de todo...

Charys, que se llamaba aquella mujer, les agradeció todo lo que habían hecho. Los Hermanos decidieron buscar a la guardia y reparar su error con lo que habían hecho.

Reenn aprovechó y se tomó su venganza:

¡Otra victoria más para el Cónclave de Piedra!

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